Un nuevo objetivo potencial para prevenir las metástasis de cáncer de mama
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Los investigadores han encontrado proteínas que actúan como guardianes entre las células de cáncer de mama y la médula ósea.
Micrometástasis de cáncer de seno latente residen en nichos específicos de médula ósea que regulan su tránsito hacia y desde el hueso
Autores: Price et al.
Fuente: Sci Transl Med, 10.1126 / scitranslmed / aad4059.
www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27225183
Las mujeres con un diagnóstico de cáncer de mama, incluso si reciben tratamiento con medicamentos adicionales después de una cirugía, quimioterapia o radiación, pueden tener un mayor riesgo de desarrollar posteriormente una enfermedad metastásica que las mujeres sin cáncer de mama. El cáncer de seno se disemina (metastatiza) con mayor frecuencia al hueso. Hasta el 30% de las pacientes con cáncer de mama pueden tener metástasis clínicamente silenciosas y pequeñas de la médula ósea (micrometástasis), lo que significa que estas micrometástasis no funcionan para dañar al paciente. La médula ósea, que es un tipo específico de tejido que produce células sanguíneas dentro de los huesos, es una ubicación muy hospitalaria para estas micrometástasis. Sin embargo, no está claro cómo viajan las células de cáncer de mama (BCC) entre la médula ósea, donde pueden no ser clínicamente evidentes, y la sangre, donde pueden causar síntomas.
Los investigadores utilizaron modelos de ratones para estudiar la relación entre las micrometástasis del cáncer de mama y las proteínas específicas que actúan como guardianes de la médula ósea. A través de diversas técnicas de laboratorio, los científicos descubrieron que los genes de las proteínas específicas del gatekeeper eran más prevalentes en los tumores de mujeres que desarrollaron una recurrencia posterior de la enfermedad mamaria. Además, se descubrió que una proteína específica, llamada E-selectina, ayuda a los BBC a encontrar su camino hacia la médula ósea, de forma muy similar a la forma en que las palomas mensajeras encuentran su destino. Los BCC poseen estructuras que se unen a la E-selectina, que se encuentra dentro de la médula ósea. Al bloquear la unión de las estructuras de BCC a la E-selectina, las células no pudieron "dirigirse" a la médula ósea. Además, los investigadores descubrieron que otra proteína específica ayuda a los CCB a "adherirse" a la médula ósea, mientras que otra proteína permite que las células salgan de la médula ósea.
Este estudio es importante porque los descubrimientos pueden conducir al desarrollo de medicamentos que explotan el mecanismo de estas proteínas para forzar a las células de cáncer de seno a salir de sus escondites en la médula ósea y a la sangre periférica, donde pueden ser atacadas por quimioterapia. Si bien las barreras aún permanecen en la creación de tales medicamentos, ciertamente este es un camino que continuará en el futuro.